La Campaña Como Nacido entre Nosotros, de la que el Movimiento con la niñez y la juventud forma parte, junto a participantes del I Encuentro de iglesias y organizaciones cristianas que trabajan a favor de las personas migrantes en el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), México y USA, publicó una Carta Pastoral donde invitan a las comunidades basadas en la fe “a intensificar la oración por los migrantes, informarse respecto a sus realidades, sensibilizarse a la luz de los principios del evangelio y el modelo de Jesús, formarse para saber cómo, de manera informada y responsable, acompañar, atender, integrar y hacer incidencia en favor de ellos”.

CARTA PASTORAL

Durante los días 14 al 16 de abril de 2021, 144 personas de 18 países, nos dimos cita en el I Encuentro de iglesias y organizaciones cristianas que trabajan a favor de las personas migrantes en el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), México y USA. El evento fue convocado por la Campaña “Como Nacido entre Nosotros”, un movimiento regional que involucra a 65 entidades (iglesias, ministerios, ONGs y organizaciones) comprometidas con la dignidad de las personas en movilidad humana y la defensa de sus derechos, a fin de rechazar la xenofobia y trabajar por su bienestar integral.


Los tres ejes que inspiraron el foro fueron dar a conocer las buenas prácticas con foco en la migración en esta región del continente, propiciar un espacio de reflexión bíblico teológica en torno a este asunto y desafiar a las acciones conjuntas de acompañamiento e incidencia. A la luz de la realidad e insumos considerados, nos pronunciamos en los siguientes términos:

  • Sostenemos que el flujo migratorio que se da en el Triángulo Norte, México y USA es un fenómeno complejo y multifactorial, con dilatados antecedentes históricos, que se ha exacerbado recientemente con la pandemia y varios fenómenos naturales de gran impacto.
  • Afirmamos que, cada vez más, la salida de personas en movilidad de nuestros pueblos es típicamente forzada por la incapacidad de los gobiernos de garantizar condiciones para una vida digna de sus ciudadanos, el fracaso de modelos económicos y políticos y el auge de la violencia en sus diversas manifestaciones.
  • Ratificamos que la migración es un instinto de la vida que puja por resguardo, un derecho humano y, la mayoría de las veces, incluso, una obligación.
  • Rechazamos, por tanto, las manifestaciones violentas y represivas llevadas a cabo contra personas que buscan oportunidades de vida para ellos y para los suyos. Creemos que el uso de la violencia no impedirá que la vida siga buscando sobreponerse, y menos traducen soluciones estructurales y sostenibles.
  • Apelamos a los gobiernos a actuar con un enfoque apegado a derechos humanos y a la norma internacional y regional en materia de garantías para la gente en movilidad. Creemos que el camino es optar por la opción humanitaria y concertada regionalmente.
  • Extendemos toda nuestra solidaridad con las y los migrantes de nuestros pueblos, seres humanos con rostros y circunstancias concretas: niñas y niños, adolescentes, juventudes, mujeres, varones, adultos mayores, personas con discapacidad, creadas a imagen y semejanza de Dios, que poseen dignidad y merecen tratos respetuosos.
  • Invitamos a las comunidades basadas en la fe a intensificar la oración por los migrantes, informarse respecto a sus realidades, sensibilizarse a la luz de los principios del evangelio y el modelo de Jesús, formarse para saber cómo, de manera informada y responsable, acompañar, atender, integrar y hacer incidencia en favor de ellos.
  • Desafiamos a la cooperación y a la acción conjunta. La complejidad del momento nos convoca, más allá de nuestras legítimas diferencias ideológicas y teológicas, a poner la vida en el centro de nuestras agendas y prioridades. Hoy tenemos la oportunidad de juntar pasiones, vocaciones, experiencias, procesos y recursos en favor de los migrantes.
  • Por la Palabra de Dios, creemos que el Dios creador y redentor, que se nos ha revelado en Jesús, es un Dios migrante, que ve el dolor de los vulnerables en el camino, oye sus clamores y desciende para librarlos; no solo eso, nos convoca, a unirnos a él, y entre nosotros, a fin de proponer modelos de trato más humanos, justos y solidarios.
  • Hacemos un llamado a las instancias multilaterales, de la región y el mundo, a asumir su papel histórico con valentía y coherencia frente a lo que acontece con las personas en movilidad en el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), México y USA.

Conforme a las metáforas que nos inspiraron, al habernos asomado por la ventana de la reali dad, y al haberlo hecho con los marcos del evangelio y el ejemplo de Jesús, asumimos el desafío de identificarnos con las sandalias de la gente migrante, emular las sandalias compasivas de Jesús y ponernos nuestras sandalias de compromiso y esperanza.

Dios de la vida y de los caminos, de ti venimos, y en pos de ti queremos seguir. ¡Concédenos vida y valor para, en tu nombre, tratar y hacer tratar a cada migrante como a un nacido entre nosotros! En tu nombre,

¡Amén!
Viernes 16 de abril, 2021
Organizaciones impulsoras