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Por: Rosa Camargo
En cada generación han existido mujeres que sin importar el costo han decidido hacer lo que sea necesario para proteger la vida de los niños y crear condiciones que les permita desarrollar su potencial como seres humanos.
La gran mayoría son heroínas anónimas, personas comunes y corrientes que han tenido el valor de estar a la altura de las circunstancias y hacer la diferencia.
En la Biblia, una de las historia que más me llama la atención es la historia de Moisés, el líder escogido por Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Cuando miramos cuidadosamente su historia encontramos a valientes mujeres que no dudaron en poner su vida en riesgo para que este niño pudiera sobrevivir y para que lograra el potencial dado por Dios como líder de su pueblo.
La historia de Moisés empieza con Fua y Sifra las comadronas o parteras egipcias que se atrevieron a desafiar al régimen para salvar la vida de los varones hebreos. Podemos imaginar el ambiente de desesperanza, dolor y miedo en el que vivían las madres durante estos años, pero estas mujeres egipcias con su ejemplo infundieron valor y fortalecieron la resiliencia en las mujeres embarazadas para que se atrevieran a creer que sus hijos podrían sobrevivir y tener un futuro a pesar de la constante y real amenaza de muerte.
Gracias a este ejemplo la madre del niño Moisés cuando dio a luz pudo mirar más allá de las circunstancias y creer que un milagro sería posible. Me admira la fe y la férrea voluntad de esta mujer para buscar una forma tan creativa para salvar a su hijo. Usó los materiales y el conocimiento que tenía en ese momento a la mano y confió que con Dios lo imposible se hace posible.
Es la misma fe y la misma voluntad que hoy lleva a millones de mujeres a trabajar duro para que sus hijos salgan adelante, para que puedan tener un futuro y una esperanza. Mujeres que se niegan a aceptar que las circunstancias definan el futuro de sus hijos.
Igualmente la hermana de Moisés tuvo valor para acercarse a la princesa egipcia y para ejecutar el plan de llevar el niño de vuelta a casa. No sabemos si esta acción fue planificada o surgió en el momento, lo que si sabemos es que fue muy efectiva y oportuna en la historia de vida de Moisés. Gracias a la osadía de su hermana Moisés creció rodeado del amor de su familia y fue instruido en los valores y principios de su pueblo.
Y por supuesto, también tenemos que hablar de la princesa Egipcia que desafió los prejuicios de su entorno para adoptar a un niño no solo de otra etnia pero también de una condición social inferior. De seguro una acción cuestionada y desaprobada por muchos a su alrededor.
Pero si pensamos que aquí termina la participación de las mujeres en la vida de Moisés nos equivocamos, al final del capitulo 2 del libro de Éxodo se nos narra su encuentro con las hijas del sacerdote de Madián y como fueron ellas quienes hablaron a su favor frente a su padre, asegurándole de esta forma un lugar para reorganizar su vida lejos del palacio del Faraón.
Podemos decir entonces que gracias al apoyo de todas estas mujeres Moisés llegó a ser el líder que fue. Su historia, es un ejemplo del papel de la mujer como protectora de la vida y como soporte fundamental para que los niños logren desarrollar el potencial dado por Dios para sus vidas. Es como si el relato bíblico nos quisiera mostrar que la historia de la liberación del pueblo de Dios se comenzó a gestar a partir de mujeres que asumieron su rol como protectoras de vida. Mujeres que se atrevieron a creer y actuar.
Esta historia también nos muestra a un Dios que entreteje la historia de la humanidad a partir de acciones sencillas, pero también arriesgadas de mujeres que se atrevieron a enfrentar, de su mano, circunstancias muy difíciles con fe y esperanza.
Hoy en día en América Latina millones de niños han sido condenados por los regímenes que se enseñorean de nuestros paises a vivir como esclavos, con escasas oportunidades de vida, algunos de ellos caminando con sus padres de un lado para otro por las naciones de nuestro continente.
Es tiempo de acoger a los millones de niños que han sido lanzados de su entorno seguro hacia un peregrinaje incierto y riesgoso y hacerles un espacio en nuestras vidas, un lugar donde descansar y desarrollar nuevas habilidades. Un lugar donde sean tratados como nacidos entre nosotros.
Es tiempo para que las Fuas y Sifras de nuestra generación levante su voz a favor de los niños que están siendo sacrificados en el altar de las ideologías de moda. Es tiempo de decir si a la vida y no a la muerte.
Es tiempo de ser audaces e imaginativos para crear las condiciones que permitan a nuestros niños lograr todo su potencial. Es tiempo de trabajar duro para que el origen étnico o las condiciones sociales y económicas no sean un impedimento para su pleno desarrollo. Las mujeres de esta generación no podemos ser inferiores a las mujeres que nos precedieron, nuestros hijos y nuestros nietos cuentan con nosotras.
Rosa Camargo se desempeña actualmente como gerente para América Latina y el Caribe de Tearfund. Se define así misma como una mujer que cree que de la mano de Dios todo es posible. Igualmente se identifica con el llamado de Dios para servir a los más necesitados y a extender el reino de Dios y su justicia. Rosa es coautora del libro: Principios para la Vida Cristiana Victoriosa y autora de la serie de ficción : Escogidos, Sellados, y Victoriosos.
Es madre de un hijo y una hija y orgullosa abuela de 2 nietos.
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