“Se oye una voz … Lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; rehusa ser consolada, por sus hijos que ya no existen.” (Jeremías 31,15).
Ante la detención de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados/as, procedentes en especial de países de Centroamérica, en la frontera sur de los Estados Unidos, el Movimiento Juntos con la Niñez y la Juventud (MJCNJ) expresa su profunda preocupación y manifiesta lo siguiente:
1.Estos lamentables sucesos develan el modo como nuestros niños y niñas están siendo víctimas de diversas formas de violencia en muchas partes de la región, y en este contexto, hay quienes han podido huir de estas formas de violencia, tanto dentro como fuera de sus países. Esta situación apremiante y trágica requiere que los Estados involucrados, garanticen el derecho a la seguridad, el derecho a migrar, el derecho a buscar y recibir asilo, el principio y el derecho de no devolución y el derecho a no ser forzado a migrar.
2.Como movimiento regional, con presencia en los países afectados, exigimos a los gobiernos de Guatemala, El Salvador, Honduras, México y Estados Unidos, a priorizar el interés superior de la niñez y enfocarse en los problemas de raíz de la crisis. Asimismo, les solicitamos que aborden los problemas subyacentes que causan la migración forzada, tales como la desigualdad, la violencia, la pobreza, la seguridad humana y la corrupción.
3.Consideramos que las políticas migratorias no pueden guiarse exclusivamente hacia objetivos de seguridad y control de fronteras, sino también a la búsqueda de soluciones a los problemas estructurales que provocan la migración, lo cual significa que los países deberían establecer leyes migratorias que contemplen derechos económicos, sociales y culturales de los y las menores migrantes.
4.Al reafirmar nuestra solidaridad con los niños, las niñas y sus familias, nos sumamos a la red de vigilancia e incidencia internacional para exigir que los gobiernos involucrados asuman las acciones inmediatas necesarias con el fin de garantizar las medidas de protección a la niñez y adolescencia migrante no acompañada en estos momentos, de forma que sean acogidos/as en hogares temporales seguros y se reduzcan las privaciones a las que permanecen expuestos/as.
5.Finalmente, invocamos a las comunidades cristianas, iglesias y organizaciones basadas en la fe a ser parte de una cadena global de oración y acción práctica en defensa y cuidado de los derechos de los niños y las niñas afectadas.
Comentarios recientes